Maqueta que reproduce el centro de la Valentia Imperial en el Centro Arqueológico de la Almoina (Plaza Décimo Junio Bruto s/n Valencia). |
Hola a
tod@s. Hoy voy a hablar sobre la ciudad de Valentia en la época imperial (a partir del siglo I d.C.). Después de la
destrucción de la misma en el año 75 a.C. por las tropas de Pompeyo hubo una
fase de abandono que se prolongó durante más de medio siglo. Con todo, no debió
caer en el olvido ya que la Vía Augusta pasaba por ella y, por tanto, su solar
continuaría siendo frecuentado. La única evidencia arqueológica de este medio
siglo es un pequeño taller de cerámica cercano a la Vía, un indicio de la
situación de abandono en la que había caído la ciudad, ya que se trata
precisamente de una actividad que, por su carácter insalubre, no estaba
permitida en el interior de los núcleos urbanos.
Hay que esperar al período del emperador Augusto
(27 a. C. al 14 d. C.) para encontrar los primeros
testimonios, débiles y dispersos, de una renovada actividad urbana. Parece que
no hubo una auténtica refundación planificada, sino más bien una serie
escalonada de modestas remodelaciones sobre los restos de la ciudad
republicana. Algunos de los antiguos edificios volvieron a ser utilizados, como
el horreum, donde se tabicaron los
antiguos accesos y se abrieron otros nuevos. La única evidencia arquitectónica
de esta época es un gran mosaico de mortero (cemento) con cerámica triturada,
hallado junto a las Cortes Valencianas.
A mediados del siglo I d. C. entre los reinados de Claudio y
Nerón, se dieron mayores síntomas de recuperación reflejados en sus nuevas
construcciones, que se expandieron más allá de la antigua ciudad republicana.
La nueva urbe, que ya era a juicio del geógrafo Pomponio Mela una urbs notissima, resurgió con su antiguo
nombre en un claro signo de recuperación de la antigua ciudad.
No fue hasta el último tercio del siglo I d.C., en la época
de los emperadores Flavios, cuando Valentia experimentó un programa de
monumentalización. Se duplicó la superficie de la época Republicana, se reformó
el antiguo trazado viario, se construyeron acueductos y se creó una gran red de
saneamiento.
Esta nueva ciudad tuvo el rango de colonia romana que era el
máximo al que podía aspirar una ciudad de la época y gozó
de especial relevancia entre el 70 y el 270-280 d.C. En ella había dos grupos: los antiguos habitantes o Veters y
los recién llegados o Veterani.
Estos dos grupos de habitantes, diferenciados según su origen, son un rasgo
específico de Valentia y de unas pocas ciudades más. Esta especial situación
indica que habría dos Senados diferentes, que se reunían por separado para
tomar sus decisiones, aunque la superior categoría de los Veterani obligaba a
los Veters a acatar sus decisiones.
La nueva colonia reformó inmediatamente su centro cívico, el
foro, un gran espacio porticado del que se ha conservado parte de su lado
oriental. A lo largo de sus pórticos había varios edificios. En su lado sureste
se ha identificado la curia, el lugar donde se reunían los gobernantes de la
ciudad. Al norte de ésta habría una segunda curia que tendría sentido dada la
peculiar duplicidad administrativa de Valentia (la de los Veters y la de los
Veterani).
El
lado sur de la plaza lo ocupaba la basílica, en cuyo ángulo noroeste, junto a
la curia, había un templo dedicado al culto de emperador, el Aedes Augusti, del
que se conoce su puerta monumental.
Otra
construcción de gran importancia fue el circo. Se erigió en la periferia, formando el límite oriental de la
ciudad junto a un canal fluvial que rodeaba el recinto urbano.
De
momento es todo por hoy. En la próxima entrega hablaré sobre el circo de la
época imperial de Valentia. Y ahora una pequeño bibliografía por si queréis
ampliar.
Bibliografía:
· “Guía
del Centro Arqueológico de la Almoina”. Año 2010. Autores: Isabel Escrivà,
Albert Ribera y José Vioque. Editorial: Ayuntamiento de Valencia.
· “Historia
de Valencia”. Año: 1999. Autores: Levante EMV y Universidad de Valencia.
· “Valencia.
La ciudad”. Año: 2011. Autor: Josep Boira Maiques. Editorial: Tirant lo Blanc.
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