domingo, 5 de marzo de 2017

Las termas de la Valentia Republicana

Restos de las termas de la Valentia republicana en el Centro Arqueológico de la Almoina.

Hola a tod@s. Hoy voy a hablar sobre las termas de Valentia en la época republicana (año 138 a.d.C al 75 a.d.C.).

El conjunto termal de l’Almoina es el mejor exponente del elevado desarrollo de la arquitectura de la Valentia Republicana. Aunque es el edificio mejor conservado de esta época, en la Antigüedad sería un mero complemento del vecino santuario de Asklepios, formando parte de su recorrido terapéutico y sacro como ocurre en los balnearios modernos.

Son de planta rectangular y ocupaban la mitad oriental de una ínsula (manzana) que, en su parte occidental la integraban las tabernae administrativas que abrían a la plaza del foro. A las termas se accedía desde el cardo maximo que en este tramo estaba porticado con pilares de madera que apoyaban sobre bases de piedra y sujetaban un tejadillo adosado a la fachada oriental del edificio, dando así mayor entidad a su acceso principal. Desde la calle se ingresaba en un pequeño vestíbulo de 4,5 x 3 m. que articulaba el acceso a las otras salas del edificio: apodyterium, tepidarium, caldarium y las letrinas.

De sur a norte, el praefurnium o sala del horno tendría su propia entrada por el lado sur de la insula. Era la dependencia meridional, de planta rectangular y con una superficie de 8 x 4 m. En su interior se ha conservado el horno y una cámara sobre la que habría un recipiente metálico que abastecería de agua caliente a la contigua bañera (o alveus) del caldarium.

En la parte trasera del praefurnium y del caldarium había dos salas cuadrangulares a las que se accedía a través de la sala del horno, que serían la leñera y un almacén.

El caldarium o sala caliente tiene unas dimensiones de 7,8 x 5,30 m. Cercano a su entrada hay un asiento o banco no apegado a la pared, de forma rectangular alargada. El fondo de la estancia lo ocupa la bañera o alveus de forma rectangular, de 4,24 x 1,02 m. Está elevada 50 cm aproximadamente sobre el suelo de la habitación, apoyada sobre suspensurare de ladrillo, creando una cámara hueca por la que circulaba el aire caliente suministrado por el horno. El suelo de la estancia, cono el del apodyterium y el tepidarium, es de losetas cerámicas en forma de escama, de color amarillo y rojo. En esta dependencia se sudaba y se tomaban baños de agua caliente.

El tepidarium o sala templada es una estancia rectangular de 6,7 x 2,90 m, a la que se accede desde el vestíbulo. En el centro hay un banco perfectamente conservado. Tanto éste como el del caldarium servían para dar masajes corporales con aceite y ungüentos que se eliminaban con el Strigilis (rascadera de metal larga y fina que en la cultura grecorromana se usaba para limpiarse el cuerpo de aceite).

El apodyterium o vestuario, la dependencia más septentrional, es también de planta rectangular de 6 x 2,90 m. El ingreso se realizaba desde el vestíbulo a través de un corto y estrecho pasillo. Al fondo de la sala, a espaldas del tepidarium, hay un habitáculo que podría interpretarse como un almacén o ropero.

En la esquina noreste del edificio estaban situadas las letrinas. Es una pequeña habitación rectangular de 5,30 x 1,30 m, a la que se accedía a través del vestíbulo. Todavía se conserva el canal que desaguaba las aguas fecales en la cloaca de la calle.

Se ha deducido que, al menos en la zona norte, habría una planta superior en la que se encontraría un depósito de aguas que se iría llenando con el agua del pozo situado allí y se vaciaría por gravedad y mediante tuberías hacia las letrinas, la bañera del caldarium y el depósito del praefurnium.

Las termas eran animados centros de vida social donde en una atmósfera de sacralidad y relajación mezclaba baños calientes con masajes siguiendo el circuito formado por apodyterium, el tepidarium y después el caldarium. Las temas solían tener entradas estrechas y estancias con escasas ventanas para evitar la pérdida de calor. Por tanto, en estos ambientes de penumbra resultaba imprescindible la iluminación artificial mediante las lucernas.

Estos baños son un testimonio excepcional de cómo fueron las primera termas romanas. Son las más antiguas de Hispania y de las muy raras que se conocen en el siglo II a.d.C.

Es todo por hoy. En la próxima entrega hablaré sobre los restos del Santuario de Asklepios que se han conservado de la Valentia republicana. Y ahora una pequeña bibliografía por si queréis ampliar:

Bibliografía:
·        “Guía del Centro Arqueológico de la Almoina”. Año 2010. Autores: Isabel Escrivà, Albert Ribera y José Vioque. Editorial: Ayuntamiento de Valencia.

·        Cuadernos de difusión arqueológica 7. “Las termas de la época romana republicana de l’Almoina (Valencia). Año: 2010. Autores: Carmen Marín Jordá y Albert Ribera y Lacomba. Editorial: Ayuntamiento de Valencia.

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